Recordando a Pedro Henríquez Ureña

Abstract

Se narra la relación de amistad entre Rafael Estenger y Max Henríquez Ureña surgida cuando su padre el doctor Francisco Henríquez y Carvajal era el médico de los podres en su estancia en la ciudad de Santiago de Cuba, Max ejercía el magisterio artístico y literario, en una oportunidad un crítico llego a decir que la prosa de Max superaba a la de su hermano Pedro, con orgullo Max protestó expresando “¡Oh, no! Pedro es la gloria de la familia”. Se referencia que después de ese incidente Estenger se interesa por la obra de Pedro Henríquez Ureña adquiere su libro “Horas de estudio” y conoce a su autor en La Habana en 1941 en compañía de Juan Bosch, que se encontraba exiliado conspirando para lograr derribar al presidente Trujillo. Se relata anécdotas que reflejan la sencillez de Pedro “debo escribir con el menor número posible de palabras” el estilo de cada escritor ha de corresponder a su temperamento y circunstancia. Se valora al maestro cubano Enrique José Varona, se sugiere que se debe aprender del modelo de paradigma de claridad y sencillez en cuanto a la parquedad y la precisión en el lenguaje de sus obras. Se define a Pedro Henríquez Ureña como “un libro que habla” más justo sería definirlo como un hombre que siempre está pensando cosas de enjundia plantea cuestiones importantes, discute puntos de vista, interroga y escucha, sin que jamás se detenga en tópicos baladíes, como hace el común de la gente”