Abstract
Se presenta el discurso del Dr. Nicolás Esteban Pichardo al aceptar la dirección de la cátedra de la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña como un premio a su labor profesional como maestro y médico. Se aborda su vida y sus vertientes en el hospital y práctica privada. Se precisa la necesidad de ahondar la enseñanza de la psicología médica, que capacite al estudiante para que sepa desenvolver mejor su futura comunicación con el enfermo.