Belleza, sentido y creación en la enseñanza de la lengua

Abstract

Se muestra cómo la belleza y el sentido en el proceso de la enseñanza de la Lengua impulsan al estudiante al dominio de la misma. Al darse cuenta del rol que juega la palabra en la vida de la conciencia, entiende su importancia y aprecia el canto maravilloso del ser que se expresa desde las profundidades de la dimensión espiritual. La belleza es generalmente una fuente de contemplación, motivación e inspiración; el profesor debe concitarla para despertar la conexión con el alma de lo viviente. Es fuente creativa de exaltación y de valoración para todo lo que, de alguna manera, enaltece la sensibilidad y la conciencia porque no solo hemos de cultivar la sensibilidad sino también la conciencia. Una conciencia de las cosas que nos rodean; una conciencia del impacto que las cosas ejercen en nuestra sensibilidad; y una conciencia de que entramos en comunión con las cosas y, por ese vínculo, establecemos un punto de contacto con la realidad material y la realidad inmaterial. Ese contacto suele ser exclusivo, inspirador y sugerente. Dado lo anterior, la belleza tiene una vertiente que de alguna manera sirve para que nos asombremos ante el encanto del mundo y el esplendor de la Creación.

This paper shows how beauty and meaning in the process of teaching the Language impels the student to its domain. When he realizes the role that words play in the life of the conscience he understands its importance and appreciates the wonderful song that is expressed from the depths of the spiritual dimension. Beauty is generally a source of contemplation, motivation and inspiration. And the teacher must awaken the connection with the soul of everything that exist. It is a creative source of exaltation and appreciation for all that in some way enhances the sensitivity and the conscience, because we are not only to cultivate the sensibility, but also the conscience. An awareness of the things around us; an awareness of the impact that things exert on our sensibility; and anareness that we enter into communion with things and, through that bond, establish a point of contact with the material reality and the immaterial reality, and that contact is usually exclusive, inspiring and suggestive. Given the above, beauty has a slope that somehow serves to amaze us with the charm of the world and the splendor of creation.